Cuando piensas en separarte del cuerpo que nació pegado a ti, de pronto te sientes completamente seca.

Estas pinturas representan esa separación entre dos cuerpos a través de un medio acuoso vertido sobre lino crudo que deja rastros de humedad y color. Así se construye una imagen aleatoria, cómplice de pérdida y transformación.
Las gotas bordadas sobre el lienzo, hacen alusión a la pintura de Kahlo “Mi nana y yo” en la que retrata su propio destete y separación de su madre tras el nacimiento de su hermana menor, Cristina.
Mi nana y yo Frida Kahlo 1937

Cuando Frida contaba con once meses de edad, su madre dio a luz a Cristina, la hija menor del matrimonio Kahlo-Calderón, por lo que la pequeña Frida fue encomendada a una indígena que tenía la labor de alimentarla y cuidar de ella.

Años más tarde recrearía el suceso en un cuadro al que dio por nombre Mi nana y yo, en donde Frida aparece representada en parte como un bebé, ya que el cuerpo corresponde al de un infante, y por otro lado, como adulta, algo que es evidente en su rostro. Está sostenida por su nana, una indígena cuyo rostro no se distingue, al estar oculto por una máscara precolombina, lo cual impide ver si a ella le agrada o desagrada cuidar de la pequeña Frida.


En su seno izquierdo se aprecian las glándulas mamarías que llevan la leche hasta la boca de una Frida-bebé, en tanto que del seno derecho emanan dos gotas de leche, a punto de caer sobre el vestido de la pequeña, como si estuviese formada a partir de esta sustancia. La lluvia lechosa, que aparece en segundo plano, obedece a la explicación que su nodriza le había dado sobre el fenómeno de la lluvia: “Las gotas de lluvia son leche de la Virgen", y es esta leche la que da origen a una vegetación exuberante, de la que sobresale una nueva especie, una gran hoja de un blanco-lechoso.

https://artsandculture.google.com/asset/mi-nana-y-yo-frida-kahlo/ZwHIxII9gC30Uw?hl=es-419